Ponemos rumbo a la cuarta parada del circuito, la Galería Malborough (C/Orfila, 5). Aquí, el pintor almeriense Abraham Lacalle presenta su exposición No una ventana. La muestra se compone de una veintena de óleos sobre lienzo, en los que, continuando con la tendencia de las obras expuestas en Cayón, el color destaca por su potencia. Amarillos, rojos, azules y rosas se entremezclan en los cuadros de gran formato, cargados de vitalidad y energía. En la sala contigua, la galería acoge, además, obras de artistas como Alfonso Albacete o Juan Genovés.
Beatriz se dirige a nosotros momentos antes de abandonar la exposición. Hemos consumido más de la mitad del tiempo estimado y aún nos quedan 5 galerías por visitar. “Os voy a pedir que metamos el turbo porque sino no nos va a dar tiempo”. Una petición nada sorprendente, dado el inmenso volumen de exposiciones incluidas en el programa.
Entramos en la galería Pilar Serra (C/Santa Engracia,6). Allí nos recibe la propia Pilar, quien nos explica junto a nuestra guía la exposición de Georg Baselitz, Devoción. La última obra del creador consiste en una monumental serie de grabados basada en autorretratos de artistas a los que admira.
“Las ediciones de Baselitz suelen ser muy cortas y rara vez superan las 6 o 7 piezas” comenta Pilar, gran conocedora del artista originario de Sajonia. “Acaba de cumplir 81 años, pero está en plena forma. En la Bienal de Venecia han hecho, por primera vez en la historia, una exposición de un artista vivo, y ha sido de Georg” añade. 
El creador versiona autorretratos de otros autores, dotándolos de su estilo personal y su inconfundible sello consistente en dar la vuelta a las obras. Los pintores Nicole Eisenman y Erich Heckel son algunos de los personajes retratados en los cuadros de la exposición, abierta hasta el 9 de noviembre.
Nos dirigimos a la sexta parada del itinerario, la galería Elvira González (C/Hermanos Álvarez Quintero,1). Aquí se exhibe la exposición individual de Alexander Calder, cuyo título es Gouaches. 
Esta técnica pictórica procedente de la aguada y la acuarela es la protagonista indiscutible de la muestra, realizada en colaboración con la Fundación Calder de Nueva York. Los gouaches sobre papel seleccionados fueron realizados en la década de los 60 y 70 por el artista americano, más conocido por sus esculturas monumentales y sus móbiles. 
La exposición, abierta al público hasta el 22 de noviembre, coincide en el tiempo con otras 2 muestras dedicadas al creador en España: Calder Stories en el Centro Botín de Santander y Calder-Picasso en el Museo Picasso de Málaga.
Ponemos rumbo a la galería Travesía Cuatro, en el número 16 de la calle San Mateo. El espacio acoge la obra de Mateo López, N+1, una de las más llamativas de esta décima edición de Apertura Gallery Weekend. Partiendo de esta fórmula matemática, el artista colombiano reflexiona sobre la multiplicidad dimensional y la idea del espacio. 
Es precisamente el +1 la representación de esa búsqueda de una dimensión más allá de lo conocido. A través del dibujo y el collage, López utiliza lenguajes propios de la contemporaneidad y los traslada a las 3 dimensiones. 
La instalación se compone de una primera parte en la que la idea de transformación y cambio está muy presente. El artista hace referencia de forma explícita a distintas partes del cuerpo, y en el espacio se activa una performance cada cierto tiempo. 
Y una segunda sección, en la que el colombiano recurre a recortes y textos de manuales y libros de arte y filosofía para crear collages, que completa con líneas dibujadas dotando a la obra de un sentido espacial. “Es una de las propuestas más interesantes de este año”, comenta Beatriz.
Hemos superado las 2 horas de recorrido previstas y aún nos quedan 2 galerías por visitar. Caminamos hacia la penúltima parada del tour diurno, la galería Heinrich Ehrhardt (C/San Lorenzo 11). 
Aquí se presenta la segunda exposición individual de la artista española Julia Spínola, quien ha apostado por no facilitar ningún tipo de información adicional con el propósito de que el espectador se sumerja por completo en su obra. La instalación, de naturaleza escultórica, consta de una serie de estructuras externas trabajadas con distintos materiales. 
Esta exposición genera un enriquecedor debate en el grupo, después de que una de las visitantes confiese que la obra no le dice nada. “Que no te diga nada también es decir algo” le contesta Beatriz. La creadora resalta la idea de lo orgánico, a través de una fuerte implicación del cuerpo, instrumento del que se sirve para moldear las estructuras. Destacan los materiales pobres como el cartón, así como la desmaterialización del arte contemporáneo. “Julia te gusta muchísimo o no te gusta nada” sentencia nuestra guía ante el debate abierto. “Obras como ésta no van dirigidas a la venta a particulares, sino a la presentación del artista por cuestiones de formato” añade. 
Nuestra última parada tiene lugar en la galería Elba Benítez, contigua a la galería Heinrich Ehrhardt. Este emplazamiento acoge la obra de Francesc Torres, De colisiones en la autopista de la Historia. 
El pionero de las instalaciones artísticas de los años 70 presenta una exposición en la que reflexiona sobre la autoría del arte, la intervención física y el papel de los museos. Nada más entrar en la galería, encontramos una reproducción de un bidón de gasolina. Al adentrarnos en la sala principal, nos reciben siete obras colgadas de la pared.
Son paneles de madera que a priori, parecen haber sido trabajados con fuego. Sin embargo, el artista no ha intervenido activamente en la obra. Se trata de una serie de falsos lienzos rescatados del Museo Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), los cuales fueron incendiados por los milicianos. Torres se apropia la obra pero no participa en su creación, se limita a ejercer de arqueólogo y comisario de la exposición. El artista reconoce no ser el autor de la obra, pero abre un debate sobre a quién debería atribuirse la autoría. La exposición consta de 3 piezas: el bidón, donde sí interviene la mano del artista, los paneles quemados y un texto redactado por él mismo, donde reflexiona acerca de los elementos históricos y la estética. 
Con esta exposición y 40 minutos más tarde de la hora prevista, ponemos punto y final a nuestro segundo y último Arco Gallery Walk en esta décima edición de Apertura. Dos días en los que hemos conocido en primera persona las últimas propuestas que acogen las galerías madrileñas, y de los cuales sacamos una conclusión global. Las galerías son espacios abiertos al público, donde poder entrar a observar y aprender. Este tipo de iniciativas, las cuales fomentan el arte y las interrelaciones entre sus distintos actores, resultan absolutamente vitales en la persecución de este objetivo. Nos quedamos con ganas de volver en la próxima edición de nuevo, donde informaremos sobre todo lo que acontezca en Apertura Madrid Gallery Weekend 2020.
Texto: David Alarcón.
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